no he leido mucho de este poeta, pero supongo que como es de El Puerto será una asignatura pendiente que tenemos nosotros, en fín para otra etapa de nuestra vida.
a mi, como a ellos, tampoco termina de convencerme, no obstante, rescato este por sensual, por evocador...
Rubios, pulidos senos de Amaranta, por una lengua de lebrel limados. Pórticos de limones, desviados por el canal que asciende a tu garganta.
Rojo, un puente de rizos se adelanta e incendia tus marfiles ondulados. Muerde, heridor, tus dientes desangrados, y corvo, en vilo, al viento te levanta.
La soledad, dormida en la espesura, calza su pie de céfiro y desciende del olmo alto al mar de la llanura.
Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende, y gladiadora, como un ascua impura, entre Amaranta y su amador se tiende.
4 comentarios:
La poesía de Alberti a mi no me termina de empapar del todo, eso sí reconozco que es uno de los grandes.
Un abrazo.
Opino igual que el raton caramelón, lo cierto es que no me ha llamado la atencion lo suficiente como para ponerme a leerlo.
no he leido mucho de este poeta, pero supongo que como es de El Puerto será una asignatura pendiente que tenemos nosotros, en fín para otra etapa de nuestra vida.
Muchos besos
a mi, como a ellos, tampoco termina de convencerme, no obstante, rescato este por sensual, por evocador...
Rubios, pulidos senos de Amaranta,
por una lengua de lebrel limados.
Pórticos de limones, desviados
por el canal que asciende a tu garganta.
Rojo, un puente de rizos se adelanta
e incendia tus marfiles ondulados.
Muerde, heridor, tus dientes desangrados,
y corvo, en vilo, al viento te levanta.
La soledad, dormida en la espesura,
calza su pie de céfiro y desciende
del olmo alto al mar de la llanura.
Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende,
y gladiadora, como un ascua impura,
entre Amaranta y su amador se tiende.
besoooo
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