Aun sigo escuchando al cohetero en las lejanías, aun sigo escuchando esos toques de palma por Sanlucar, ese olor a romero tan característico, aun sigo escuchando esa flauta rociera, ese tambor, ese cante por sevillanas…
Y esque, hasta en el apellido lo llevo, pero como otro año mas, he tenido que rezarte y despedirte, un “hasta luego” que durará un año más y es que como el anterior… me quedo sin ver tu rostro.
Veremos cuando puede ser…
¡¡Viva esa blanca paloma ¡¡